miércoles, 1 de julio de 2009

Observando lo cotidiano

Nos encontramos todos tan metidos dentro de la jungla (de nuestra cabeza y de nuestro entorno) que cerramos los ojos ante muchas cosas que tiene la vida, en ese día a día único e irrepetible.
Son detalles, momentos, gestos, que pasan desapercibidos.
Una vez leí por ahí que "la aceptación de la vida depende de que los ojos no se cierren".
Así que decidí ni siquiera pestañear frente a esas palabras, caras, gestos, movimientos, sentimientos y deseos que se dan casi como un regalo.
Grata fue mi sorpresa; a pesar de todo lo malo de la jungla, tuve un día hermoso. Sólo por darme cuenta de pequeñas cosas, en especial de los demás, que hicieron que me sienta bien, y que en otro momento hubiera ignorado.
Así que si se me permite, un "consejo", (aunque no soy muy buena con eso); mejor una reflexión: No cerrar los ojos frente a lo pequeño y cotidiano, frente a las palabras y gestos que nos brindan los demás, porque es ahí donde se esconde parte de la magia que necesitamos para vivir.

1 comentario:

  1. Si alguna vez llegás a odiarme no me va a impedir que te cuide y me preocupe por vos... siempre siempre

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