viernes, 21 de mayo de 2010

Si, a un pozo de los que hace mi perra

Hoy no es mi día... tarde me di cuenta.
Empezando con que me desperté a las 7 y algo de la mañana (algo completamente anormal en mi) pensando en que me falta una clase de políticas esencial.
Me pasé toda la mañana haciendo mandados, cocinando y preocupada por alguien que me había pedido que lo llame y no me atendía... (mínimo fueron 30 llamadas).
Al final no comí un carajo de todo lo que cociné porque no tenía hambre, previo "le falta sal".
Me acosté a dormir la siesta dos minutos y me la pasé soñando cosas horribles, hasta que mi hermano me despertó con un "la perra se comió tu camisa preferida" y mientras, me dejaba varios botones o pedazos de botones sobre la mesita de luz...
Salté de la cama y me fui corriendo al tendedero, para ver, que efectivamente, mi perra destrozó mi camisa a cuadritos (que no voy a poder arreglar ni comprar otra).
Me senté en el piso a llorar mientras la muy turra me miraba de reojo con el hocico entre las patas... que bronca... lloraba bronca por todo.
A veces pienso que cuando no es nuestro día y nos damos cuenta, en vez de encerrarnos, o meternos en la cama para poder atenuar las desgracias que nos pueden suceder, NO, seguimos ahí y por algo mínimo ya nos hacemos un mundo, por lo mal que la pasamos antes.
Dichosos los que puedan hacer lo primero. Yo intenté y no me salió. Capaz que sea porque sé que tengo que sentarme a lidiar con Marx; que si no lo hago no voy a estar en el horno, sino en el recontra horno; que nadie entiende lo que pasa en mi cabeza y que sinceramente tengo ganas de tirarme a un pozo.

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