domingo, 9 de mayo de 2010

Domingo otra vez

Con dos trenzas al mejor estilo Pipi Longstoki, me encuentro nuevamente en un domingo de reflexión.
Parece obligado, que todos mis domingos tengan ese no se qué de día nublado que obliga a pensar en cosas que parecen banales pero que esconden ni más ni menos todo lo que llevamos oculto dentro y que a veces, muy pocas veces, como por ejemplo en los domingos de tinte nublado, dejamos asomar.
Miro la pila de libros en la mesa, recorro mentalmente las obligaciones que me esperan en la semana, me quejo de boludeces como para no perder la costumbre, deseo estar donde sé que no puedo, me antojo de postres que no puedo preparar, justo me dan ganas de ir al gimnasio cuando sé que está cerrado! nunca me pongo de acuerdo conmigo misma sobre qué música quiero escuchar, me aburro y no hago nada. Pienso que durante la semana voy a tener ganas de hacer un montón de cosas (que no voy a poder) pero que puedo hacer ahora (y no hago), y me voy a odiar. Reflexiones sobre el tiempo perdido, por mi, por todos. Por lo que hago y lo que no. Por las pilas y la vagancia, los planes casi siempre frustrados, por mi, por otros.
Vivan las ganas de hacer algo que se rescate en un día domingo.


P/D:

(-Mamá, mamá, en la escuela me dicen Fin de semana! -Bueno Domingo, no llorés...)

CuAk!


No hay comentarios:

Publicar un comentario